Nuestros orígenes
A comienzos del siglo XVI se remonta la producción y consumo de vinos de Argentina cuando las primeras especies fueron traídas por los colonizadores españoles.
Las excelentes condiciones climáticas y de suelo de la región andina logró que el cultivo en la Argentina se propagara y desarrollara acelerada y principalmente en el oeste y noreste del país, pero también con presencia en el centro del mismo.
En la 2da parte del siglo XIX, Argentina logró empezar a participar en los circuitos económicos mundiales del vino y sus derivados.
Para 1873 Argentina ya poseía una superficie de 2.000 hectáreas y en solo 20 años, para 1893, había quintuplicado a unas 10.000 hectáreas su área con disponibilidad de desarrollar esta industria en todo el país. Para finales de 2016, la Argentina ya poseía 223,944 ha. de viñedos, 100 veces más que aquella cifra con la que ingresaba al mercado mundial casi 150 años atrás.
El aumento del área de vides y el crecimiento de la industria produjeron cambios en el territorio, principalmente en el paisaje y en la arquitectura de estas provincias, logrando no solo el profundo y pujante empuje de las bodegas sino también agregar la belleza y misticismo que solo la naturaleza de este cultivo puede agregar a nuestros paisajes.
Hoy, un sector económico de Argentina tan heterogéneo como es el vitivinícola, llega al comienzo del nuevo milenio buscando ser un proveedor altamente competitivo, donde sus vinos responderán siempre a las necesidades de los consumidores y serán valorados e identificados principalmente por su calidad, su diversidad, su estilo original y su naturalidad.
Baco Internacional busca posicionar nuestros vinos en los mercados del Norte, desarrollando el mercado latinoamericano y reimpulsando el mercado argentino de vinos.